domingo, octubre 26, 2008

Post coitum tristitia

Yo si decía, que esa vaina tenía que ser por algo. Ya ven mujeres, no somos tan malos.

(COPIADO LITERALMENTE DE LA REVISTA CARRUSEL)

Muchas creen que la frialdad de los hombres después del sexo se debe a la falta de amor. Aquí le contamos por qué los caballeros se enfrían después de tanto calor.

Los romanos usaban la expresión 'post coitum tristitia' (tristeza y vacío después del coito) para referirse al confuso sentimiento de soledad, vacío, satisfacción, algo de culpa y también serenidad que caracterizaba a los momentos después de un fuerte estado de placer. Es precisamente este sentimiento, el que embarga a muchos hombres, no porque se sientan insatisfechos, sino porque muchas veces la biología actúa de maneras extrañas. Señoras del mundo: no es falta de amor, es cuestión de la naturaleza.

Cuando el hombre está excitado y durante el coito, se somete a un gran desgaste físico, sus movimientos, más fuertes y constantes que los de la mujer, hacen que el esfuerzo muscular sea más intenso, por lo que cuando llega al orgasmo sufre una gran descarga de energía y temperatura y por eso es normal que sienta frío y quiera abrigarse y descansar plácidamente. "Al eyacular hay un bajonazo de muchas cosas, el hombre queda con una descompensación tanto orgánica como psicológica. Por eso, comer un chocolate es una buena opción, pues se recupera la energía perdida y de paso la semiletilamina (endorfi na ligada a la energía y el humor sensual)", recomienda la sexóloga Martha Mejía.

El médico Billy Goldberg explica en su libro 'Por qué los hombres se duermen después de darse un revolcón', que el momento de pasividad y 'pereza' que aborda a los hombres luego de hacer el amor, es algo imposible de evitar. "La química de un hombre cambia justo después del orgasmo, se libera la prolactina, una hormona que altera el cuerpo y lo lleva a una fase de cansancio intenso" explica Goldberg. El autor también aclara que esta evidencia no es directa, pero afi rma que varios químicos actúan en el organismo masculino como la oxitocina, la prolactina y el aminoácido GABA (gamma amino butyruc acid), junto a otras hormonas contribuyen a esa sensación de 'dopaje' y 'derrumbe'.

Pero hay que hacer de esta situación no un problema, sino una oportunidad. Por eso, este puede convertirse en el momento ideal, debido a la sensibilidad de él, para que la mujer le hable acerca de su desempeño sexual, de cómo se sintió mientras estuvo con él, motivarlo y halagarlo es una buena táctica en ese momento para afi anzar el vínculo de pareja, cabe aclarar no extenderse en halagos que puedan ser exagerados para su ego, dos frases son sufi cientes. Las caricias en ese momento pueden ser muy apropiadas siempre y cuando no sean sexualmente estimulantes, así como las mujeres quedan bastante sensibles, luego del coito, tratar de 'reavivar la llama' mediante bajas caricias puede ser, en ocasiones, contraproducente. En cambio, consentirle la espalda o la cabeza puede llegar a ser mucho más sugestivo en el corto plazo. ■


Por: Angélica Gálvez.

domingo, octubre 12, 2008

LO MOJA COJA

Como alguna vez lo reseñé en la cumileri-diverti la petifulancia es un tema recurrente en las fermenticulosas disertaciones de cocteles muñíquidos e ineférbiles que resuenan una y otra vez en aquellas meriglas cabezas sin fonte.

Anoche precisamente presencié lo opuesto, el desquiñe frenético de la gente, la música cavando las fúsicles de la muerte. En medio de la sensación abismal de soledad multitudinosa, pero bien, es una fuga (dental también) que nos revela la vela, que vela por leva.

Es otra pulsión, como la del Eros, el Thánatos y la gendular de la mecodia ónica. Disfónica, atónica, mólica, sónida y trólipa. Una que no se migea, una que no cachila en mi mochila. Una rara, informe, ásica, una que no se puede verbalizar, porque no existen palabras para hacerlo y por mas raguija que encuentre en la chuna no encontraré garriña que me pueda hacer salir de esa sensación morrida que me arropa sin ropa.

Ojalá algún día pueda hallar alguien con esa armillosa capacidad de belexión visceral, no!! mas bien lejos de las víceras, mas adentro de sus entrañas, mas quárkico que el encanto, mas semprelítico que la dopamina, la serotonina o las endorfinas. Pero es que sigue pareciendo umónico, sóclido, esdrújulo y chichachílido.

¿Cuantos munilititos mas tendrán que vilidar para que estas napilitencieses vueltan a larkar?