sábado, diciembre 13, 2008

Querido gobernador

En menos de un año el actual Gobernador del Valle del Cauca, Juan Carlos Abadía se ha ganado para mi el título (con medalla de oro incluida) del peor gobernador que he conocido en mi vida. Y lo digo con justa causa, ya que he vivido en carne propia el producto de su apatía en apoyar grandes proyectos sociales como el Parque Tecnologico y Cultural del Valle del Cauca que alcanzó a funcionar solo 2 meses (enero y febrero), incluso desde antes de que nuestro querido dignatario cesara los pagos de lo que se nos adeuda a mas de 100 proveedores que entregamos nuestro trabajo, sustentado con actas de entregas de la interventoría y demás "ias". Y a mas de 50 estudiantes en prática de diferentes carreras y algunos profesionales que alcanzaron a trabajar como facilitadores en los pocos meses que estuvo abierto el parque.

Sumando son aproximadamente $2.000 millones que nos han dejado viendo las duras y las maduras a las empresas que adquirimos deudas pensando que nos iban a pagar, incluyendo a nuestros propios proveedores que nos ayudaron a crear el software y los juegos educativos que iban a funcionar en este lugar, y que haría de este proyecto algo tan bueno como Maloka en Bogota o el Parque Explora de Medellín. E incluyendo los impuestos que nos va a tocar asumir por ventas que no nos van a pagar. Nuevamente por culpa de la ineptitud y el egocentrismo de este señor, el Valle se queda relegado en este tipo de proyectos a nivel nacional. Si la cosa sigue así, en febrero estaremos celebrándole el cumpleaños a esta deuda de difícil cobro.

Acabo de encontrar este interesante artículo que detalla varias de las afrentas que este tipo ha hecho en su mandato. Se los recomiendo, está muy bien documentado. También encontré un grupo en Facebook llamado "Mamado de Abadia", para el que como yo, quiera unirse a esa causa.

Por otro lado, me sorprendió haber visto las comentadísimas vallas de "estamos preparados", cuando conocí del caso del equipo de baloncesto a quienes los dotaron con unos tenis baratos, completamente inadecuados para la practica profesional de ese deporte. Y andaban buscando la ayuda de la empresa privada para que les ayudaran a comprar unos zapatos decentes para competir. Me imagino que la dotación del equipo se habría podido pagar con una sola de las vallas gigantes que adornaban las ciudades del país. O tal vez con los $1.500 millones que costó esa campaña publicitaria hubiera podido pagarnos lo que nos debe.

Ahora, nuestro joven gobernador, amante de la música de Celedón, le adeuda al Instituto Departamental de Bellas Artes, 2 meses de sueldo a sus profesores y empleados que son los que forman a los músicos y artistas de nuestra ciudad. Algunos de ellos amigos míos que se están viendo a gatas para pasar la navidad.

Asi nos vamos a quedar nuevamente en el limbo cultural. Que paradoja, estamos celebrando por primera vez el Salón Nacional de Artistas en una ciudad diferente a Bogotá, y estamos en crisis porque la primera institución de formación de artistas en Cali no le paga a sus empleados.

¿A que estamos jugando señor Abadía?