Si ni siquiera un par de siamesas que comparten los mismos genes, el mismo cuerpo, la misma crianza, la misma familia, el mismo entorno; que además depende una de la otra y deben estar irremediablemente juntas de por vida; son capaces de pensar o comportanse igual.
¿Cómo te atreves a esperar que otra persona que no eres tú (llámese familiar, compañero de trabajo, estudio, pareja sentimental, etc.), se comporte igual que tú?
Si aprendieramos a ser más tolerantes y a entender que siempre existirán diferencias entre los humanos, seguro la humanidad estaría en paz.